COVID1-9: balance de resultados y nueva herramienta para medir la capacidad en Cuidados Intensivos

COVID1-9: balance de resultados y nueva herramienta para medir la capacidad en Cuidados Intensivos

10/05/2020

Esteban Lifschitz, médico especialista en clínica médica, doctor en salud pública y asesor del COSSPRA, brindó una conferencia virtual para evaluar, mediante diversos indicadores, cuán exitosa es la estrategia llevada a cabo en el país para enfrentar la pandemia. El investigador presentó también, y puso a disposición de las obras sociales provinciales un Simulador de Cuidados Intensivos que desarrolló para Naciones Unidas.

Afecto a las metáforas futboleras, Lifschitz comenzó la charla diciendo que el partido es largo y el resultado depende de muchas variables o factores. Habló sobre la agresividad del contrario y señaló que la letalidad del virus, que es la capacidad de generar muertes, es de entre el 1 y el 2%. En Italia trepó al 13%; por eso, debe diferenciarse letalidad de mortalidad. “En el primer tiempo evitamos que el contrario llegue al arco: significa lograr tener la menor cantidad de casos y que no sean todos al mismo tiempo. Por eso, el aislamiento social”, destacó.

El investigador advirtió que el partido dura 90 minutos y tarde o temprano los jugadores contrarios llegan al arco; entonces el juego dependerá de la capacidad de defendernos. “Acá estamos hablando de camas críticas, de las unidades de terapia intensiva. Entonces, ¿cuál es la capacidad de nuestro sistema de no agregarle una fortaleza extra al virus como consecuencia de la incapacidad para dar respuesta organizada a ese porcentaje del 5% que requiere cuidados críticos?, se pregunta.

En la búsqueda de una respuesta a cómo nos está yendo, Lifschitz asegura que se debe tomar un indicador estable, por lo que descarta los test por millón de habitantes. “Los indicadores para saber en qué situación estamos son: mortalidad por cada millón de habitantes; escenario con tasas de otros países; días hasta duplicación de mortalidad; y días hasta fallecido número 100”, destaca.

La mortalidad por millón desde el día 0 hace referencia a cuándo se produjo la primera muerte en cada país. En Argentina fue el 7 de marzo y Lifschitz cuenta como día 52 al 28 de abril, fecha a la que se llegó con 4,6 muertes por millón de habitantes. “Este número sí nos va a permitir comparar si estamos bien o mal en relación con otros países”, explica.

Para lo antes mencionado, analizó un grupo de 17 países, de América y Europa, considerando sus propios días 0. Presentó un gráfico donde Argentina era casi indistinguible y dijo: “Esto es así porque la mortalidad por millón en países como España, Italia, EEUU o Ecuador alcanza cifras catastróficas; mientras que nuestro escenario es claramente alentador. Entre los países de Latinoamérica somos el que mejor mortalidad de habitantes por millón tiene”. Con 4,6 muertes por millón, Argentina tiene cifras muy parecidas a las de Corea del Sur; mientras que, si llevamos la comparación por fuera de nuestro continente, España cuenta 487 muertes por millón.

“El mismo dato en diferentes países: Argentina al 28 de abril tenía 207 muertos totales; pero si hubiéramos tenido la tasa de España sería 21.300, con la de Italia 13.100. Estos números asustan y si bien la estacionalidad tuvo algo que ver, en mucho mayor medida fue el magnífico timing con que se implementó la cuarentena”, destacó.

Lifschitz volvió sobre sus pasos para aclarar que tomó mortalidad y no casos, porque esto último está dado por la estrategia de testeos, un dato cuestionable. Argumentó como menos probable que uno pueda sub registrar mortalidad. También de allí se puede tomar desde el día cero como evolucionó a nivel local la cantidad de días que se necesitan para duplicar las muertes. La conclusión es: entre uno y dos muertes, tres días; entre 17 y 34 muertes, 6 días. “Duplicar el número de muertos está requiriendo entre 13 y 14 días en nuestro país, en tanto que España, por ejemplo, los duplicó en dos días”, confirmó.

El investigador mostró una tercera forma de entender la duplicación: observando cuántos días tardó cada país desde su primer muerto hasta el 100. Argentina es el país que más demoró, alcanzó la cifra en el día 38; España en el 10; Brasil en el 12; e Italia en el 13. A su vez, Argentina tardó 14 días de llegar de 100 a 200; España 2 días.

Pero como dijo Lifschitz, el partido dura 90 minutos y debe considerarse que, si bien el virus mata entre 1 y 2 personas cada 100, a esto hay que sumarle otros factores. Uno, de gran relevancia, es la capacidad del sistema de salud y el otro motivo por lo cual la mortalidad aumenta es por las condiciones de los pacientes, esto es, sus factores de riesgo.

Lifschitz contó que trabajó en la simulación del pico de casos a partir de los datos del día 28 de abril, armando tres curvas, y podría inferirse que se dará a mediados de junio. “Si Argentina mantiene esta curva para ese entonces tendríamos 2800 muertos”, detalló y volvió a poner el énfasis en que la implementación de la cuarentena fue de gran utilidad para aplanar esa curva.

Finalmente, el asesor del COSSPRA se preguntó: ¿cómo nos preparamos? Explicó que por cada 100 personas que se infectan 80 tienen recuperación normal, 15 requieren internación y el 5 por ciento necesitará cuidados en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI). Por cada tres camas que faltan muere una persona más, que no hubiera muerto por la propia letalidad del virus.

Hacia el final de su ponencia, Esteban Lifschitz contó que junto a Naciones Unidas desarrolló un simulador, que puso al servicio de las obras sociales provinciales, que permite saber en qué momento, de acuerdo con la población de cada lugar, se satura la capacidad instalada y se entra en déficit de camas, aumentando así la mortalidad esperada.

“Esta herramienta nos permitirá cargar una serie de datos para simular distintos escenarios según la estancia promedio y el número de letalidad. El sistema arroja cómo son los nuevos casos, los totales y en qué momento la disponibilidad de camas llega al cero, entrando a un escenario de déficit. Esto se puede simular por provincia y permitiría empezar a pensar, ya no regionalmente, sino por un tema de capacidad instalada para hacer frente a la necesidad de camas de terapia intensiva”, destacó el presidente del COSSPRA y del IOSPER, Fernando Cañete, quien agradeció al orador por tanta información brindada a las obras sociales provinciales.